viernes, 28 de mayo de 2010


Caso

Se trata de una paciente de 47 años, divorciada, con tres hijos, empleada administrativa que consulta en la policlínica de la zona. Concurre acompañada de la hermana a quien le solicitamos que espere fuera del consultorio mientras tenemos una primera conversación con la paciente.

Con respecto al motivo de consulta, no cuenta que hace una semana sufrió una caída al resbalar en una escalera de la casa cuando intentaba ir al baño durante la noche. Asistida por la familia, la trasladan a la emergencia, presentando traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento y traumatismo de tórax. Se le realizó TAC de cráneo y Rx de tórax que fueron normales. No se comprobaron otras lesiones. A las 24 horas se le dio el alta y se le recomendó que visitara al médico para control.

Durante la anamnesis exploramos distintas posibilidades para explicar la causa de las caídas, las que resultaron negativas. Para la paciente simplemente tropezó porque no prendió la luz. Nos menciona que consume alcohol cuatro o cinco veces por semana en cantidades controladas, no más de cuatro medidas por día. Ocasionalmente toma cantidades mayores. Nos dice que de ninguna manera se considera una “alcohólica”, que no le pasa de quedarse tirada por tomar y que nunca tuvo que faltar al trabajo. Ella no va a bares, nunca la tuvieron que ayudar para volver de una fiesta; toma en casa, exclusivamente después del trabajo, muchas veces encerrada en su cuarto mientras mira la televisión. Tampoco le toma el carácter cuando toma, si me da sueño me voy a dormir.

Su familia critica su forma de beber, lo que le ha traído discusiones frecuentes. Los hijos y las hermanas hacen esfuerzos insistentes para que controle el consumo, llegando a esconderle las botellas o tirarle la bebida del vaso. Estas actitudes le provocan una intensa rabia y le despiertan deseos muy fuertes de beber aun más .

Reconoce que la noche que se cayó había tomado más de lo habitual y que es posible que eso haya influido en la caída. Nos dice; “Hace una semana que no tomo y sin ningún esfuerzo”. En estos días se sintió algo inquieta, irritable y con insomnio. Tomó benzodiacepinas que le había indicado el cardiólogo en una ocasión muchos años y que siguió tomando en forma regular.

De los antecedentes personales se destaca que es hipertensa, está en tratamiento por la gastritis el médico le dijo que podría estar relacionada con el exceso de alcohol y le recomendó no tomar durante seis meses. Pasó en abstinencia dos meses, pero como volvió a tomar solo vino con las comidas. Cursa el climaterio, recibe medicación para la osteoporosis. El año pasado ingresó por fractura de antebrazo como consecuencia de una caída desde altura y se le realizó osteosíntesis. Sabe que el alcohol es perjudicial para la osteoporosis.

Antecedentes familiares: El padre bebía alcohol con frecuentes episodios de intoxicación “pero no era alcohólico”. La madre estuvo tratada por depresión en varios momentos de la vida.

Al Examen: Buen estado general, bien aliñada. Presenta sobrepeso, cifras de presión arterial de 150/100. El resto de exámenes es normal. En cuanto a la entrevista se logra establecer un buen vínculo. Aunque en algunos momentos parece estar molesta con la conversación, progresivamente se va sintiendo más cómoda y participa activamente.

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